El primer descubrimiento que tuve de Mindfulness fue precisamente con un programa para adolescentes, Consejo de Embajadores de Mindfulness de Mindfulness Without Borders, al cual fui invitada; este me encaminó en mis primeros pasos y una nueva aventura por esta manera de posicionarnos en la vida, con mayor amabilidad, con atención plena, con voluntad y aceptación.
Encontré tan potente esta forma de ver la vida o de habitarla, que empecé a especializarme en Mindfulness.
Partí primero en formarme con programa para niños, pudiendo darle las mejores herramientas, pero cuando me pidieron de requisito el programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) creado por Jon Kabat-Zinn uno de estos programas de formación para niños, más específicamente en el de Eline Snel… quedé encantada una vez que lo hice. Fue ahí en dónde me propuse ser facilitadora de este programa reconocido a nivel mundial, y desde ahí que no he dejado de participar y aprender cada vez más sobre mí y cómo ayudar a otros con la mejor forma de traspasar mis conocimientos de una manera lúdica y con contenido.
He podido tener la oportunidad de conocer a personas destacadas en este rubro, como mis queridos maestros Claudio Araya, Gonzalo Brito, María Noël Anchorena, Zayda Vallejo, Florence Meleo-Meyer, Ana Arrabé, Carola García. Participar en retiros con Saki Santorelli o Eowyn Ahlstrom, André Martí, Manu Mariño y Mita Beutel, sin dejar mis compañeros de cada uno de los programas que he participado; pero, sobre todo, todos los alumnos que he tenido en esta aventura y que han confiado en mí, también me han dado la posibilidad de ver en ellos y ellas lo maravilloso que somos y todo lo hermoso que tenemos como seres humanos para compartir cuando abrimos nuestro corazón de una manera honesta y verdadera.
Siempre agradecida de nuestros encuentros que me muestran que nadie esta sólo y que todos, si miramos con atención nos encontramos en este maravilloso y fantástico camino por la vida.
